Aunque soplen tempestades
y tu vida sea puesta a prueba,
No le temas a los vientos
Ánclate en el Amor de Dios,
Él te sostendrá y la tormenta pasará.
Nada te separará de ese Amor de Dios,
ningún problema, ni enfermedad,
ni persona, ni poderes, ni situación,
cuando le pides que sea tu sostén,
tu mano tomará y te salvará
no importando cuán difícil sea
lo que estés atravesando.
¡Ten fe, No te rindas!
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